Llegó el día de nuestra primera escapada de fin de semana
con los “hombretones” del pueblo. Destino: La Montañona. Un lugar histórico
para el país Salvadoreño ya que fue un lugar clave para la organización de la
guerrilla durante los años de conflicto civil que tuvo lugar entre 1980 y 1992.
Una guerra que terminó relativamente hace poco y que sigue muy presente en
muchas partes del país, como es el caso de San José las Flores, donde todo
aquel mayor de 24 o 25 años la vivió en sus propias carnes.
Hoy solo tocaremos algunas pinceladas de lo que fue el
enfrentamiento en esa zona. Relatos y
vivencias de personas que combatieron y experimentaron algo tan desagradable
como es una guerra civil.
Quedamos a las 6:30 de la mañana, pero entre “pitos y
flautas” (hora salvadoreña, ir a comprar a la ciudad, organizarnos…) no
comenzamos el viaje hasta eso de las 9 o 10, aunque viajar aquí no es aburrido.
Algunos iban en moto y nosotros en un carro, una pickup donde sentados
únicamente van el conductor y el copiloto, y en el cajón el resto de
aventureros junto a las mochilas y demás bultos. Una gozada.
A eso de las 12:00, ya en la montañona, hicimos una pequeña
parada en una casa perdida en medio de la montaña donde vendían comida y
bebida, por lo que nos tomamos una cerveza bien helada (eso llaman a lo que
sería una cerveza más o menos fría) en ese increíble lugar.
Al llegar a nuestro destino establecimos el campamento, que
básicamente contaba con un par de tiendas de campaña, tres hamacas y unas lonas de
plástico que usamos para formar un cobijo por si la lluvia intentaba
estropearnos el plan. Todo ello alrededor de una hoguera que nos sirvió de
cocina, área de platique, brasero...
No tardamos en organizarnos para comenzar a preparar la
comida, pues el hambre apretaba. Nosotros, que fuimos a por leña, aprendimos a
usar el corvo, que es una especie de machete, mientras otros encendían el fuego
y los cocineros empezaban a cortar verduras.
Menú: Sopa de verduras con pollo. Resultado: ¡Riquísimo!
Después de reposar la comida, nos fuimos con
"Pico" a andar por los alrededores y a conocer los tatús de la
guerra, que son básicamente una especie de madriguera a gran escala.
Aquí es necesario que empecemos a hablaros de la guerra para
que entendáis lo que supusieron estos escondites para los que huían y luchaban
contra el ejército. Resulta que desde 1970, El Salvador vive un período de
desestabilidad política y social, pero es entre 1980 y 1992 cuando El Salvador
vivió una etapa de su vida que no había experimentado nunca. Una guerra civil
prolongada y sangrienta que dejó como resultado miles de muertos, el
estancamiento del desarrollo económico, la destrucción de una buena parte de su
infraestructura y la migración de miles de salvadoreños que abandonaron el
país. Fue durante estos años de conflicto armado cuando la población
Salvadoreña tuvo que salir de sus hogares y empezar una huida, que duraría unos
8-10 años, entre cerros y montañas. Y
gracias a la organización popular y guerrillera, mucha población civil pudo
sobrevivir a los ataques.
Entre tantas artimañas encontramos los tatús, un tipo de cueva bajo
tierra creada por los guerrilleros en época de conflicto que servía para
refugiarse y esconderse del ejército enemigo. Cuentan con un orificio de entrada, por lo general bastante pequeño,
por donde había que pasar agachado e incluso en algunos descender si éste se encontraba
en vertical. Se usaban siempre que avistaban algún peligro y una vez que los
civiles se encontraban dentro, se tapaba y se camuflaba de tal forma que era
imposible verlo a simple vista o desde los aviones. Algunos de estos refugios,
dependiendo del tamaño, contaban con una o varias salas y conductos que se comunicaban subterráneamente.
En estos agujeros la gente llegaba a pasar hasta 6-8 días
dentro, escuchando a los militares en el exterior, disparos e incluso bombas
cayendo desde los aviones del ejército. Muchos morían de hambre o sed ya que
las reservas que podían tener dentro eran muy escasas, porque todo lo que
conseguían dependía de que los guerrilleros saliesen a buscar algo que echarse
a la boca y volvieran con vida para repartirlo a los demás.
No os podéis hacer una idea de lo que uno siente cuando se mete en estos escondrijos. Solo de imaginarnos que familias enteras huían por esos mismos cerros entre tatús y túneles subterráneos, hacía que se nos encogiese el alma.
Como anécdota, cuentan muchas personas que cuando los niños lloraban, las madres les tapaban la boca con trapos para que no les descubriesen, algunos de ellos llegando a morir por asfixia...
En esos agujeros se podrían meter decenas de personas, por
lo que la falta de oxígeno podría ser un problema para estar ahí durante
bastante tiempo, de ahí que les hiciesen unos agujeros o respiraderos que
comunicaban al exterior permitiendo así que se oxigenase la sala.
En otro de estos tatús se estableció la Radio Farabundo
Martí con su emisora "Radio Venceremos", que fue la voz oficial del
FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional), partido y radio que
toman nombre por Agustín Farabundo Martí, uno de los grandes iconos
salvadoreños que llegan a comparar con el Che Guevara.
Además de los tatús, esta ruta nos dio la oportunidad de ver
magníficos paisajes.
Y nuestros ya clásicos amigos los “animalicos” que nos vamos
encontrando allá donde vamos.
Al llegar la noche empezó el “vacile” con todo el grupo. Asamos
carne y nos tomamos algún que otro trago de ron alrededor de la hoguera hasta que
decidimos irnos a dormir la mona.
Al día siguiente nos levantamos e hicimos otra ruta para ver
un último tatú, el cual sirvió de “hospital” durante la guerra... En él se
encontraban personas con alguna idea de medicina, heridos y enfermos de guerra.
Sin lugar a dudas, un gran fin de semana acompañados de
buena gente.
Salud pues!!
Revivo la sensación de andar por allí y recuerdo dos viajes: el físico, en la montañona, y el otro...a ninguna parte de mi cabeza.
ResponderEliminarMe alegro de que la historia os vaya atrapando, forjando argumentos, creando recuerdos y viviendo... con alma, viviendo.
Hola Sergio, como me gusta la experiencia que estás viviendo, me alegro mucho por ti, aprovecha todas estas vivencias que seguro que te van ha hacer mejor persona de la que ya eres.
ResponderEliminar"Las fotos son estupendas"
Por cierto!, Soy tu tío Hola río. ¡¡UN BESO! !
Hola Sergio, como me gusta la experiencia que estás viviendo, me alegro mucho por ti, aprovecha todas estas vivencias que seguro que te van ha hacer mejor persona de la que ya eres.
ResponderEliminar"Las fotos son estupendas"
Por cierto!, Soy tu tío Hola río. ¡¡UN BESO! !
Solo un pequeño apunte. Radio Farabundo Martí y Radio Venceremos son dos emisoras totalmente diferentes.
ResponderEliminarLa primera, la doble ff, emitió desde Chalate, y las primeras emisones de prueba se efectuaron desde el área de El Cablote, en el Jícaro (La Laguna Seca), muy cerca de Las Flores. Esta emisora, que operó también desde La Montañona, nunca salió del país y alguno de sus miembros y muchos de los miembros de la guerrilla que formaban parte de su equipo de seguridad viven hoy en Las Flores (Jaime, "Gerardo" - Mamerto, "Cornelio"- Lázaro, etc.).
Radio Venceremos operó en Morazán, es mucho más conocida y popular por su promoción tras el conflicto, pero para evitar operativos del ejercito operó un tiempo desde fuera de El Salvador.
Un saludo.
Muy buen apunte, muchísimas gracias!!
ResponderEliminarSaludos